Cristobal Quiñinao: “Hace Décadas éramos recolectores de guindas, hoy diseñamos la mejor fruta para poder ser competitivos en los mejores mercados”

  • Unificar la tecnología de punta con la producción frutícola es lo que se encuentran desarrollando académicos y científicos de la Universidad de O’Higgins con el Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura, CEAF. 

En el auditorio de la Universidad de O´Higgins (UOH) se realizó el seminario de lanzamiento del proyecto “Transferencia y Adopción de Tecnologías para la Gestión de Riesgo en el Proceso productivo de la Cereza: Hacia una agricultura de precisión para la Región de O’Higgins”, iniciativa adjudicada por la UOH y apoyada por el Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura, CEAF.

La iniciativa que se encuentra en proceso de desarrollo y es financiada por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional (GORE), gracias al respaldo que alcanzó también en el Consejo Regional de O’Higgins (CORE).

Leonor Díaz, jefa de División de Fomento Industria del gobierno regional, expresó que “este proyecto tiene que ver con la innovación, el desarollo y la incorporación de tecnologías en las actividades productivas que nosotros potenciamos como gobierno regional, donde además se visualiza un tremendo potencial en la incorporación de nuevos mercados, de producción de cerezas. Sabemos que a los productores y agricultores les interesa abordar las problemáticas que tienen que ver con la investigación dentro de la producción. La idea es que con estos instrumentos vayan a cubrir brechas en el territorio, con los beneficiarios y los gobiernos locales de forma coordinada”.

Por su parte la vicerrectora de Investigación Postgrado y Vinculación de la UOH, Paula Irles, destacó que “este proyecto tiene bastante relevancia en el cual, desde la ciencia de la Ingeniería se abordan problemas complejos  asociados a las ciencias agroalimentarias. Por tanto, desde la Universidad, estamos contentos y velando por fomentar y proyectar este tipo de investigación interdisciplinaria, con pertinencia regional, para solventar problemas que hoy en día tienen específicamente fruticultores en el rubro de las cerezas”.

El Proyecto

La Dra. Michelle Morales, investigadora principal de la Línea Agronómica de CEAF, comentó que “este proyecto tiene que ver con la predicción de cosecha a través de las imágenes hiperespectrales que se adquieren en el campo, lo que va a permitir a los agricultores acceder a tecnología de alta eficiencia para poder predecir y tomar decisiones de acuerdo a esa información. Además este proyecto tiene la finalidad de sensorizar campos y llegar a través de la tecnología 0G para poder tomar decisiones”.

La ingeniera agrónoma, especialista en fruticultura e investigadora de CEAF, explicó que “como la tecnología ya no es tan cara como era antes a través de la diversificación de las mismas, puede llegar a lugares donde antes no se podía. Esta tecnología 0G es distinta, no requiere de Internet y permite sensorizar campos que se encuentran en zonas alejadas y con ello predecir el comportamiento de las plantas o cosecha con anticipación, lo que le permitirá al productor tomar las mejores decisiones a tiempo, beneficiándose en su producción”. La idea expresó Morales es que “todos puedan acceder a esta tecnología”.

Cristobal Quiñinao, director de la Escuela de Ingeniería de la UOH y Coordinador de la iniciativa, expresó que “los profesores que estamos  involucrados en el proyecto, somos científicos desde el área de la ingeniería, por lo que invitamos a la comunidad a entender que la ciencia y la tecnología en el futuro es un contexto multidisciplinario, donde diferentes saberes tienen que conversar en el hábitat para poder generar soluciones que sean sencillas a problemas complejos. Por lo que los invitamos a botar esas barreras, de la traba de: no entiendo nada de tecnología, yo no sé nada de matemáticas, ni de física, por lo que no me involucro en esto”. Indicando que reconocen la importancia de los conocimientos ancestrales en el agro, no obstante es necesario avanzar de la mano de las nuevas tecnologías.

La idea, enfatizó “es ir buscando puntos en común, donde lo que haces muy bien, lo puedas hacer aun mejor, porque es indudable que el aprendizaje – sobre todo en el mundo agro- es milenario, donde lo importante es que las cosas se sigan haciendo y que la tradición la mantengamos, pero también la tenemos que modernizar, porque si queremos el día de mañana competir con países que realmente tengan ventajas competitivas, tenemos que ponernos a ese nivel”, manifestó Quiñinao. Poniendo el ejemplo de que “hace décadas éramos recolectores de guindas y hoy estamos diseñando la mejor fruta para competir en los mejores mercados, y si queremos llevar la marca Cherry Chile a todo el mundo, tenemos que encontrar puntos comunes en la cual podamos pensar para adelante”.

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