La importancia del estudio de los portainjertos de frutales de carozo y la “floración” del cerezo en la Línea de Genómica

Los genes presentes en el ADN de los árboles frutales determinan muchas características de importancia agronómica de estas plantas, como la calidad de las frutas que producen, su tolerancia a estreses medioambientales (por ej. sequía) o cómo responden a enfermedades (por ej causadas por virus, hongos y bacterias). Los genes se “encienden o apagan” en las plantas frutales de modo altamente regulado y en respuesta a señales endógenas del desarrollo (por ej. hormonas o reguladores del crecimiento) o a señales del medioambiente que las rodea (por ej. horas de frío, largo del día, sequía o patógenos, entre otras). “Comprender qué genes se encienden o apagan y cómo se regula este proceso, facilita el desarrollo de biotecnologías que pueden apoyar el Programa de Mejoramiento Genético de portainjertos de frutales de carozo de CEAF (PMG-CEAF). Para ello, la línea de Genómica de CEAF está desarrollando investigación apoyada en herramientas de vanguardia, como la genómica comparativa, bioinformática, cultivo in vitro y la biología molecular con la idea de identificar los genes mencionados y contribuir al desarrollo de I+D+i en la Región de O´higgins” explica el Dr. Rubén Almada, investigador líder de área de genómica.

Además, el Dr. Rubén Almada explica que en el último tiempo han abordado el estudio del proceso de inducción floral y desarrollo de yemas florales en cerezo el cual es considerado el frutal de mayor importancia económica en Chile. “Esto nos ha permitido conocer los genes, hormonas y cambios del desarrollo que se asocian al proceso de generación de yemas florales en árboles de la variedad Bing. Esta información será importante para el desarrollo de estrategias que permitan volver más resilientes los huertos de cerezo de nuestra Región y del país al cambio climático”. Actualmente estamos trabajando en establecer un “calendario de desarrollo de yemas florales” en 8 variedades de cerezo con la idea de asociar eventos claves del desarrollo reproductivo con parámetros climatológicos (por ej. temperatura) para generar modelos matemáticos de crecimiento que permitan predecir cómo eventos climáticos poco usuales (como veranos con olas de calor-temperaturas mayores a 30°C-) podrían afectar el desarrollo de las flores y las cosechas (por. ej. cantidad y calidad de la fruta) en el cerezo.

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